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Desde la constitución de Nuevo México como un estado, la industria del petróleo se ha arraigado en el tejido de sus finanzas. Hoy ejecutivos de las grandes petroleras y políticos a favor de la industria buscan vincular, a toda costa, el éxito del petróleo con el bienestar del estado, destacando su importancia para la economía. 

A pesar de que el petróleo y gas son las principales fuentes de empleo para muchos en Nuevo México, no todos los trabajadores o sus familias sienten que la continuidad de estas industrias es la mejor opción de futuro para sus comunidades. Por eso, en el sureste del estado – sede de la Cuenca Pérmica y la más rica en petróleo–  una organización comunitaria ha decidido apostarle a la transición a energías limpias. 

Somos un Pueblo Unido comenzó a mediados de los 90 como una organización comunitaria de migrantes que promueve justicia racial, derechos de los trabajadores y otras causas. María Romano, quien vive en Hobbs, ha sido parte de la organización desde su fundación. Una organizadora comunitaria a tiempo completo y líder de la sede local, Romano ha trabajado con la comunidad Hispana que vive alrededor de los campos petroleros más prolíficos del estado. 

La exesposa de un trabajador petrolero y madre de tres hijos que ahora trabajan en la industria, Romano apoya leyes para diversificar la economía del estado y crear trabajos más saludables para la comunidad. 

Esta semana, Romano y miembros de “Somos” estuvieron en la National Immigrant Inclusion Conference en Washington D.C., presentando una charla sobre el rol de los inmigrantes en la transición energética y los riesgos ocupacionales para inmigrantes que trabajan en campos petroleros. 

Nos sentamos a conversar con Romano para hablar sobre el trabajo de la organización, su importancia y sus planes futuros. 

Esta entrevista se realizó originalmente en español y fue adaptada por extensión y claridad. 


Searchlight New Mexico: “Somos” es un grupo que trabaja en temas de inmigrantes y trabajadores. ¿Por qué considera que el cambio climático y las energías limpias están relacionados con el trabajo que ustedes hacen? ¿Cómo la organización decidió involucrarse en estos temas? 

María Romano: Nosotros vimos la necesidad de involucrarnos porque cuando la producción de petróleo baja, la mayoría de los trabajadores se quedan sin trabajo. A los primeros que despiden son a los inmigrantes indocumentados. La mayoría de la fuerza laboral en el petróleo – los que están en los campos, los que mueren en accidentes – son nuestra gente. Ellos son quienes hacen los trabajos más duros. 

No hay otro tipo de trabajo aquí, por eso algunas familias tiene que irse a otros estados a buscar otra clase de empleo.

Nosotros vemos que nuestros vecinos en Colorado, Arizona, Tejas e incluso en México están apostando a la energía limpia. Es posible que nos estemos quedando atrás, solo por el capricho de los políticos, que no quieran avanzar en esta región con esa clase de energía que a la larga todos la necesitamos.

Searchlight: Muchos de los miembros de Somos y de la comunidad en el sureste de Nuevo México trabajan o tienen familiares que trabajan en las industrias de petróleo y gas. ¿Por qué quieren alejarse de los combustibles fósiles cuando esto pondría en riesgo sus trabajos?  

Romano: Vemos el daño que están haciendo a la comunidad. Lo vemos cerca de las escuelas, de las casas y en los barrios de bajos recursos que es donde hay más pozos petroleros. Hemos visto muchas enfermedades: respiratorias, cáncer de tiroides y el porcentaje es muy alto comparado con otras comunidades. Además, la incidencia de enfermedades es muy alta en las personas que trabajan directamente en el petróleo. Entonces, nosotros sin ser médicos, ni ser analistas, ni llevar a cabo ningún estudio, nos damos cuenta porque nos conocemos, conocemos a las personas que fallecen.

También nosotros entendemos que va a haber un cambio en la industria y por eso tenemos que hacer cambios en la comunidad, porque vemos que es una comunidad 100% petrolera. No hay otra clase de trabajos, entonces sabemos que un día se va a terminar y tal vez cuando pase eso, va a desaparecer el pueblo.

Searchlight: En el año fiscal 2022, Nuevo México recibió aproximadamente $5.3 mil millones de dólares en regalías petroleras, de acuerdo con el New Mexico Tax Research Institute. ¿Usted piensa que las comunidades reciben un beneficio de este dinero? 

Romano: Yo pienso que no, ni nuestras familias o nuestra comunidad. Hemos visto otras comunidades como en Santa Fe y Albuquerque que tienen mejor infraestructura que Hobbs y los dueños de las petroleras no se dan cuenta. No viven aquí, viven en Texas. Entonces nosotros vemos que ese dinero que se va para el Estado no regresa de ninguna manera a la comunidad.

Searchlight: Pareciera que el gobierno y los grupos ambientalistas no se toman necesariamente el tiempo para entender a la comunidad y sus problemas cuando toman decisiones. ¿Qué le gustaría que cambiara? 

Romano: Muchos de estos grupos piensan que la forma de lidiar con el cambio climático es deteniendo la extracción, no piensan más allá. Ellos están nada más pensando en cómo van a quitar el daño ambiental que la extracción de petróleo y gas está haciendo, pero eso no es suficiente para que las personas aquí puedan subsistir. Hay muchas personas que sobreviven a través de este trabajo. 

La preocupación más grande es que no haya trabajo y por eso queremos estar informados e involucrados. Nosotros queremos ser parte de la transición. 

También queremos que la planificación esté aquí en dónde está pasando este problema, no en Santa Fe o Albuquerque. Queremos que no se nos excluya como comunidad, que los estudios y los proyectos que ellos tienen lleguen aquí. 

Searchlight: ¿Por qué están optimistas de que trabajos en energía solar o eólica puede ser mejores que los de la industria petrolera?

Romano: El petróleo no paga tan bien como dicen. Los trabajadores reciben un buen salario, pero trabajan desde antes de que salga el sol hasta después de la puesta del sol. Entonces los obreros trabajan mucho, no conviven con sus hijos, con sus esposas, hay muchos divorcios.

Yo lo viví personalmente. Hace 30 años llegamos aquí porque mi exesposo empezó a trabajar en el petróleo como obrero. Un día mi hija de siete años me preguntó si su papá todavía vivía con nosotros. Me dijo que hace mucho que no lo veía. 

Él llegaba cuando ella ya estaba dormida y se iba antes de que se levantara todos los días, de lunes a lunes. De eso me acuerdo hasta hoy, y ya pasaron 20 años. Todavía sigue pasando lo mismo con otras familias.

Lindsay Fendt got her start covering the environment as a reporter for The Tico Times in San José, Costa Rica. She covered human rights, immigration and the environment throughout Latin America before...